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Fecha: 23 agosto 2021 17:45

Polaridad


​No es una cosa o la otra sino que es una cosa y la otra.
Puedo ser pacífica y guerrera, cariñosa y fría, cambiante y constante, alegre y triste, femenina y masculina, flexible y rígida, ambos polos habitan en mi pero no con ambos quiero identificarme, solo con aquel que acepto y aceptan de mi.
Así me fragmento, muestro un lado y escondo el otro, alimento un extremo y reprimo el otro, me polarizo.
Los ciclos de las relaciones nos ayudan a reconocer nuestras polaridades. Por ejemplo cuando nos enamoramos ponemos la conciencia en el polo que nos gusta de la persona, aquello que nos gusta también y aceptamos de nosotros mismos.
Como estudia la física cuántica, es la intención del observador lo que hace que la luz se comporte como onda o como partícula, es nuestra conciencia la que crea la realidad. Lo que vemos es donde ponemos la atención, sin embargo la luz es ambas cosas, materia y energía.
A medida que la relación avanza, comienzan los matices, empezamos a ver el gradiente hacia el otro extremo de la polaridad, como las fases de la luna, hasta finalmente llegar a desconocer a esa persona, como sentir que un espíritu se apodero de su cuerpo y es un completo extraño, en ese momento estamos parados en el otro polo, ese que no nos gusta de la otra persona ni de nosotros mismos, ese que rechazamos y reprimimos.
Sin embargo se trata de la misma persona, solo que ahora llevamos la conciencia hacia el polo opuesto. No es un extremo o el otro, sino un extremo y el otro también.
Aceptar ambos polos nos permite liberar el juicio, tanto de nosotros mismos como de los demás. Clasificar un comportamiento como bueno o malo, depende de nuestro punto de referencia, es decir de nuestros propios comportamientos aprobados o desaprobados.
Las relaciones nos permiten reconocer y aceptar nuestra dualidad y si no lo aprendemos en esta, sera en el siguiente ciclo.
Todo en la naturaleza es un cambio cíclico y constante, integrando en su recorrido el gradiente que lleva de un extremo al otro de la polaridad. Nacimiento-muerte, verano-invierno, luna llena-luna nueva, agua-vapor, alegría-tristeza, inhalación-exhalación, ​​​​​
​sangrado-ovulación. Un día es una unidad y esta compuesto por un ciclo dual luz-oscuridad.
Todos los ciclos que atravesamos son para integrar la dualidad, para sacar de la sombra aquel polo negado, dolido, que atrae las experiencias que nos permitan aceptarlo, sanarlo y trascender.​​

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La tendencia natural es al desequilibrio. Establecerse en Swastha, en Yoga, en Ser, unidad, armonía, salud, requiere atención plena y cambio constante. Para eso es necesario saber hacia donde no ir y tener la voluntad o el prana para redireccionar.

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